Preocupación en los bares de San Luis por las nuevas medidas respecto a la ocupación
Si bien resaltaron la importancia de cuidar el estatus sanitario, consideran que las restricciones provocarán más pérdidas de las que ya sufrieron. Estiman que algunos optarán por no abrir ante los gastos operativos y la poca recaudación que tendrán con el 25% de mesas habilitadas.
La situación económica y la crisis que les provoca a los bares y restaurantes en San Luis volvió a ubicarse como principal preocupación luego del reporte del Gobierno provincial. Anoche anunciaron una serie de restricciones por la pandemia y aunque el sector podrá continuar trabajando deben reducir el factor de ocupación al 50% del que tenían en la actualidad.
Esta disposición significa que sólo podrán tener habilitadas un 25% de las mesas con las que contaban antes de la pandemia, que fue reducida luego de dos meses de permanecer cerrados. La determinación incluye a San Luis, Juana Koslay, La Punta, Potrero de los Funes y El Volcán.
“Lo tomamos con la seriedad que comprende y con normalidad porque sabíamos que estaba dentro de lo que puede pasar, era hasta que apareciese un caso y se descontrolara. En lo laboral se va a complicar porque será muy poca la ocupación y los costos para abrir un local serán muy altos”, sostuvo al respecto el referente de la Cámaras de Bares y Boliches en San Luis, Diego Astudillo.
En declaraciones a El Chorrillero, planteó que posiblemente en lo que va del día “muchos decidan no trabajar porque no convendrá”. Fundamentó esto en los gastos que deben afrontar en el personal, la reposición de mercadería, la luz y el gas, entre otros.
“Va a ser difícil, por la experiencia uno se da cuenta que es complicado. Además, les resta trabajo a los artistas porque ya se había acordado que podían presentarse hasta tres en un escenario. Con esto no se va a poder cubrir el canon que sale”, consideró.
Astudillo expuso que la mayoría de los bares en la ciudad son de tamaño “mediano” y con la disminución de ocupación sólo podrían contar con unas tres o cuatro mesas. “Si rotaran sería otra cosa, pero como la mayoría en una pandemia quiere esparcirse cenan y se quedan en el lugar”, manifestó.
Al mismo tiempo, dijo que debido al aislamiento y posterior distanciamiento, sólo en la avenida Illia bajaron las persianas tres negocios del rubro de forma definitiva y no descartó que en los próximos días se puedan sumar más.
“Las pérdidas económicas son muchísimas”, aseveró y detalló que han tenido que continuar abonando las cargas sociales, rentas provinciales, alquileres y servicios. Reconoció que en muchos casos están atrasados en los pagos y no todos pudieron acceder a la Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP).
Asimismo, transmitió que no han recibido asistencia de la Provincia o el municipio capitalino. “Lo que más triste nos pone son las fuentes laborales que se pierden con cada cierre de un bar. Muchos viven de un negocio y hasta es su único ingreso”, afirmó.
“Hay preocupación, la situación del sector gastronómico, turismo y esparcimiento la verdad que es muy difícil”, insistió.
Finalmente hizo alusión a los boliches, que llevan más de cinco meses sin poder trabajar: “Estamos trabajando a nivel nacional, nos hemos unido con todas las cámaras. Se va a presentar un proyecto de ley muy completo. Uno de los puntos es que el horario de cierre sea el mismo en todo el país. Acá cambia en base a los municipios. No creemos que se esté cuidando a los asistentes”.